El estrés se define como un estado de preocupación o tensión mental causado por situaciones complejas. Por otra parte, la ansiedad se relaciona con miedos recurrentes frente a diferentes situaciones hipotéticas de la vida diaria. Estos dos padecimientos pueden afectar a cualquier persona, por lo cual la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha enviado una alerta para que la población esté más atenta a su salud mental y la de sus seres queridos.

Estas dos sintomatologías afectan el normal desarrollo de las actividades diarias y pueden interferir con una vida saludable de acuerdo a diferentes estudios. Dentro de los detonantes hay 2 principales:

1. Estrés laboral: no se trata solo de un mal día en el trabajo, en realidad es un conjunto de respuestas cognitivas, fisiológicas y emocionales que se producen ante aspectos adversos persistentes en el ámbito profesional.

2. Problemas familiares o de pareja: existen crisis profundas dentro del círculo familiar que a pesar de ser normales, en escenarios particulares pueden llevar a la persona a un extremo emocional, dado que no encuentra una solución pronta y a esto se le suma la rutina diaria.

Cuando la depresión o la ansiedad comienzan a aparecer de manera recurrente en el día a día profesional, estudiantil y personal, es importante consultar inmediatamente con un especialista, para que dé un diagnóstico y envíe un tratamiento adecuado.

Sin embargo, si son pequeños episodios que aún no han llegado a otro tipo de respuesta física y emocional, es importante prevenir y dar un manejo previo a la sintomatología. Por ello, te brindamos algunos tips que pueden ayudarte a manejar estas situaciones emocionalmente complejas.

• Crear un cronograma: la mayoría de personas que padecen estrés laboral no manejan su tiempo de forma adecuada, por ello un calendario o agenda que incluya tiempos deberes, tiempos y pausas, puede ser el equilibrio esfuerzo-recompensa, que mente y cuerpo necesitan.

• Es cuestión de perspectiva: durante estos episodios se vuelve complejo ver otros ángulos de la situación, pero, contar hasta 10 lentamente y ver otras posibilidades, disminuirá la ansiedad y el estrés, hasta encontrar la solución.

• Crea tu red de apoyo: tener a personas con quienes hablar y desahogarse puede ser la salvación ante diferentes episodios de ansiedad principalmente, por ello es importante encontrar a aquellas personas que están dispuestas a escuchar sin lanzar juicios.

• Hacer ejercicio de forma regular: la actividad física permite activar cuerpo y mente, al mismo tiempo que libera tensiones y estimula la producción de oxitocinas que otorgan una sensación de bienestar prolongada.

• Dormir bien: es uno de los consejos más recurrentes y parece no tener nada que ver, pero realmente un descanso adecuado para el cerebro nos da la capacidad de enfrentar las actividades con mayor tranquilidad.

• Dieta balanceada: dar los nutrientes necesarios a nuestro organismo, para que pueda cubrir la demanda física y mental, es una manera de asegurarnos que nuestro cuerpo va a funcionar de forma correcta durante el día.

Ahora que conoces un poco más acerca de estos padecimientos, no dudes en consultar o buscar ayuda, no es tan sencillo como parece sobrellevar estos momentos de angustia y temor a lo que pueda suceder.