Bienestar
El challenge
POR: SORAYA MUNAR | 10 FEB. 2021 | Tiempo: 4min
Cada deporte representa un desafío, un nuevo reto… ¡un claro que puedo ser capaz! No importa la disciplina, lo cierto es que más allá de la fuerza física, para hacer cualquier deporte, realmente, con compromiso y dedicación se necesita más un compromiso mental que físico. El cuerpo hace todo el esfuerzo, pero la mente lo comanda. Somos lo que pensamos y al final si creemos que no somos capaces o que nos va a ganar la pereza, por más fuertes que seamos o que nuestro cuerpo esté diseñado para el deporte, pues no vamos a levantarnos de la cama.
Lo que nos separa de hacer un deporte en principio puede ser la pereza, pero si miramos más a fondo lo que muchas veces nos impide llegar al gym o a la montada de bici es el famoso y nada desconocido miedo. Sí, hasta en este escenario se presenta y con más fuerza. Y aunque acá no nos paguen por hacerlo, o nuestra carrera profesional dependa de ello, lo cierto es que si nos enfrenta con varias inseguridades de nuestro ser.
El miedo al fracaso lidera esta lista que nos frena o nos hace correr para evitar hacer un deporte. Y es que con el boom de las redes sociales y todo el mundo mostrando sus hazañas, retos y hasta tiempos con fotos, videos y casi que documentales es imposible no compararse. Se nos olvida que son solo imágenes. Que lo que ocurre en la vida real es diferente, y lo que nos muestran es solo una parte (la parte que ellos quisieron mostrar) de lo que paso en la vida real. Sin filtros. Hay personas que de hecho ni siquiera hacen lo que dicen, solo lo postean para mostrarse como parte de una tendencia digital.
Así que si piensan empezar solo sigan a las personas que los inspiren (realmente), no a aquellos que los inviten a competir, comprar desaforadamente o que al verlos les quiten las ganas de salir a retarse.
Por otro lado, está el también conocido “yo no puedo”. Ese seguramente lo traíamos de años atrás, incluso desde nuestra infancia. El sentirnos débiles, incapaces para ciertas cosas o hasta víctimas. Lo bueno es que para superar este miedo o por lo menos estar en camino de hacerlo no necesitamos más que nuestras ganas. Sí, tomar la decisión, tener la firme intensión. Pero eso sí, con una sola vez no basta. Aquí las promesas personales funcionan muy bien, entonces a prometerse darse la oportunidad más de tres veces. Para ver como ese no, se transforma en un tal vez y después el cuerpo empieza a hacer lo suyo, es decir a sentirse fuerte, a levantar más peso, a recorrer más distancias a convertirse en el ¡sí puedo! La magia de esto está en que no solo se queda en el deporte, se traslada al trabajo y en la vida personal.
Finalmente está nuestro cuerpo. Creemos que necesitamos vernos de cierta manera para desarrollar una determinada disciplina. Y aunque suene loco, he escuchado a mujeres decir que no quieren ir al gimnasio porque no están como una modelo fit ¡Absurdo! O que no tienen las piernas de un ciclista o un corredor para salir. O peor aún que no tienen la súper bicicleta o los tenis de tal marca para poder empezar. ¡Excusas! Para empezar, se necesitan las ganas, la determinación y la capacidad de mirar de frente a nuestros miedos y transformarlos en desafíos tan tentadores, que incluso se conviertan en un incentivo para el ego