Cuando emprendemos el camino del autocuidado comenzamos por la alimentación y el ejercicio pero también existe una relación que muchas veces pasamos por alto y es aquella que tenemos con nuestro entorno, con los espacios que habitamos y que nos ayuda a liberar nuestra mente para tomar mejores decisiones.

Las cosas ocupan energía que muchas veces no nos deja avanzar. El minimalismo en este caso cobra una gran importancia en la vida de las personas, es una tendencia que nos ayuda a despojarnos de elementos sobrantes.

A través de esta corriente se busca concientizar a las personas sobre el verdadero valor de las cosas: ¿Por qué las tenemos?, ¿porque las queremos?, ¿qué es lo que verdaderamente nos aportan?.

Si te respondes estas preguntas seguramente podrás concluir que no todo lo que tienes te es útil o tiene un valor significativo en tu vida pero si te está consumiendo espacio y energía. Al deshacerte de ellas liberas no solo el espacio físico sino el mental.

No se trata de vaciar por vaciar tu casa. Lo que te proponemos en este blog es que hagas un trabajo de reflexión y que empieces por una zona: puede ser un closet, un cajón, una maleta o el depósito y hagas una depuración, poco a poco se te irá convirtiendo en un hábito que te hará más libre y feliz.

Si llegaste hasta aquí debes estar pensando en un cajón lleno de medias que ni usas o una maleta con trastos viejos de los que te ha dado pereza deshacerte porque te has dicho “de pronto me pueden servir más adelante”.

Pues es hora de actuar, aquí te proponemos un método de seis pasos que te puede ayudar en este camino de tener menos y ser más en todos los aspectos de tu vida:

1. Vacía el contenido. Si vas a ordenar un gabinete de la cocina o un cajón del closet por ejemplo, vacía todo su contenido y visualiza cuántas cosas ni siquiera sabías que tenías. Este es el primer paso de concientización.

2. Revisa las etiquetas. Si se trata de alimentos échale un vistazo a la fecha de caducidad, si ya pasó su periodo de vida útil no hay nada más que hacer que botarlos a la basura.

3. Ponte la mano en el corazón. Para el caso de la ropa selecciona las prendas que has tratado con total indiferencia. Si no te la has puesto en el último año seguro que no te las vas a volver a poner.

4. Alimenta el valor de la generosidad. Dona o regala las cosas que no vas a usar. Verifica que estén en buen estado y limpias y que la persona que las va a recibir les va a dar un buen uso.

5. Sácate unos pesos en el camino. Puedes publicar en grupos de redes sociales las cosas que ya no uses y venderlas. Una buena forma de ganar espacio y dinero. Hay grupos para vender de todo: ropa de bebé, juegos de niños, juegos de mesa, utensilios de cocina, elementos de tecnología, libros y ropa. Seguro que hay alguien necesitando eso que a ti te sobra.

6. Agradece. Ya sea que vayas a botar, a donar, a vender o regalar las cosas que no te son útiles en este momento de tu vida, agradece lo que te permitieron vivir. Empácalas de manera ordenada y deshazte de ellas con amor.

Al liberar espacios físicos y mantenerlos ordenados le envías al universo señales de armonía que se irán reflejando progresivamente en tu aspecto físico y en todas tus relaciones.

Como recomendación final y ya que tu eres de los que va a trabajar cuerpo y mente al gimnasio ¿qué tal si también nos ayudas a mantener limpios y ordenados los equipos y zonas que utilizas?