Bienestar
Ser mamá 2.0
POR: REDACCIÓN FIT |26 MAY 2021 | 2 MIN
Nuevas realidades que llegan con nuevos retos para las mamás.
Sí, cada día es un desafío más grande ser mamá, creo que eso mismo decían nuestras madres y abuelas. Y es que por más que investiguemos el cerebro humano o tratemos de entender la anatomía del corazón no hay manera de definir, en una palabra, un libro o un tratado el ser mamá. Para cada mujer la experiencia es diferente, desde que son concebidos.
Algunas mujeres nacieron con ese chip que nunca les hizo dudar de la decisión, sin embargo, en mi opinión de mujer y mamá, el miedo es inevitable. Porqué cuando hay algo tan valioso es difícil no tener miedo de hacerle daño, de herirlo o incluso perderlo. Es algo que sobrepasa todo lo que alguna vez sentimos. Es una batalla entre quererlos meter en una urna de cristal para que nada les pase y darles alas para que con el tiempo puedan volar, así sea lejos de nosotras.
Además, lo que nadie nos avisó es que no solo los hijos crecen, nosotros también lo hacemos en el proceso. Y no exclusivamente de edad, también se nos crece el corazón, el amor y el entendimiento. Descubrimos una nueva flexibilidad que ni sabíamos que existía, todos los “no” se transforman en algunos “sí”, todos los imposibles de pronto cambian a posibles o ya veremos, el llanto siempre se termina transformando en sonrisa. Porque saben de alguna manera nuestros hijos nos inspiran a levantarnos cada día, sin importar las circunstancias, por ellos, por nosotras, porque somos su más grande ejemplo. Y el ejemplo no se construye con palabras, se enseña a través de hechos, decisiones y emociones diarias.
Otra cosa que jamás nos dijeron es que por más amor que sintamos, nunca debemos borrarnos nosotras mismas, ni nuestros sueños, metas y mucho menos nuestras pasiones. Y aunque ser mamá nos llene el alma y el corazón con amor, no debemos olvidar esa mujer que aún sigue ahí, esa mujer que aun quiere alcanzar sus metas, su propósito de vida o ese sueño que visualizaba desde chiquita. El pasar más tiempo con ellos no nos convierte en mejores mamás. Y antes de que se mal interprete ya mismo aclaro esta idea, porque he visto muchas mujeres convencidas de que si pasan el 100% del tiempo y se entregan al 100% a sus hijos serán mejores mamás. Y si lo pueden hacer fantástico, pero ¿qué van a entregar si ustedes mismas están olvidadas o perdidas?
Una de las reglas básicas del amor es que no podemos dar lo que no tenemos. Por eso es tan importante sentirnos bien, trabajar en nuestro amor propio y sí, tener espacios de felicidad sin ellos, con amigas, a solas, con la pareja….
Por eso, a partir de hoy me prometo ser una mujer que va a trabajar en ella misma, en su espiritualidad, en sus sueños y metas, en su amor. Porque cada semilla que siembre en mi se va a ver reflejada en mi hijo. Y que alegría más grande que verlo volar, cumplir sus sueños Y trabajar en su ser auténtico.
Errores se cometerán y muchos, esa es la vida. Y al final de esos pequeños “fracasos” es que aprendemos herramientas para evolucionar. Así que menos miedo a no encajar, menos miedo a “fallar”, dediquémonos mejor a sentir, a confiar a esa intuición sagrada, a vivir, vivir de verdad de la mano de nuestros hijos, como mujeres completas. Mujeres que no abandonaron sus sueños por la maternidad, sino que por el contrario los construyeron de la mano con sus hijos.