Entrenamiento

HIIT, un escudo contra el cáncer

  Redacción Fit   | 16 de noviembre 2023 | Tiempo de lectura 2 min

El ejercicio aeróbico de alta intensidad se ha revelado como un tratamiento poderoso contra el cáncer metastásico.

 

En un innovador estudio médico llevado a cabo en la Universidad de Tel Aviv, Israel, los investigadores han descubierto un hallazgo notable: el ejercicio aeróbico regular de alta intensidad puede reducir el riesgo de desarrollar cáncer metastásico, la principal causa de muerte en Israel, hasta en un 72%.

 

 

Publicado en la prestigiosa revista Cancer Research, el estudio titulado “Un Escudo Metabólico Inducido por el Ejercicio en Órganos Distantes Bloquea la Progresión del Cáncer y la Diseminación Metastásica” fue liderado por un equipo de la Facultad de Medicina Sackler de la Universidad de Tel Aviv. La profesora Carmit Levy del Departamento de Genética Humana y Bioquímica y el Dr. Yftach Gepner de la Facultad de Salud Pública y el Instituto de Deportes Sylvan Adams encabezaron la investigación.

 

 

La investigación demuestra cómo la participación regular en ejercicio aeróbico de alta intensidad, que obtiene su energía del azúcar, puede disminuir significativamente el riesgo de cáncer metastásico.

 

 

La profesora Levy enfatizó: “Nuestro estudio es el primero en investigar el impacto del ejercicio en los órganos internos donde normalmente se desarrollan metástasis, como los pulmones, el hígado y los ganglios linfáticos. Al examinar células en estos órganos, observamos un aumento en los receptores de glucosa durante la actividad aeróbica de alta intensidad, mejorando la absorción de glucosa y transformando los órganos en máquinas eficientes de consumo de energía, muy similares a los músculos”.

 

 

Ella explicó además: “Hacemos la hipótesis de que esto sucede porque los órganos deben competir por los recursos de azúcar con los músculos, que se sabe que consumen grandes cantidades de glucosa durante el ejercicio físico. En consecuencia, si se desarrolla cáncer, la feroz competencia por la glucosa reduce la disponibilidad de energía, crucial para la metástasis. Además, cuando una persona hace ejercicio regularmente, esta condición se vuelve permanente: los tejidos de los órganos internos cambian y se vuelven similares al tejido muscular”.

 

 

“El ejercicio transforma todo el cuerpo, evitando que el cáncer se propague, y el tumor primario también disminuye de tamaño”, agregó Levy.

 

El Dr. Gepner señaló: “Nuestros resultados indican que, a diferencia del ejercicio para quemar grasa, que es relativamente moderado, es la actividad aeróbica de alta intensidad la que ayuda en la prevención del cáncer. Si el rango de intensidad óptima para quemar grasa es del 65 al 70 por ciento de la frecuencia cardíaca máxima, la quema de azúcar requiere entre un 80 y un 85 por ciento, aunque solo sea en intervalos breves. Por ejemplo, un sprint de un minuto seguido de una caminata y luego otro sprint. Nuestros resultados sugieren que las personas sanas también deberían incluir componentes de alta intensidad en sus programas de fitness”.

 

 

Si bien intervalos como estos solían ser típicos solo de los regímenes de entrenamiento de atletas profesionales, hoy en día son comunes en los horarios de atletas aficionados y en las clases de fitness convencionales. También se integran en rutinas de ejercicios diseñadas para la rehabilitación cardíaca y pulmonar.

 

 

“Es crucial destacar que el ejercicio físico, con sus efectos metabólicos y fisiológicos únicos, ofrece un mayor nivel de prevención del cáncer que cualquier medicamento o intervención médica hasta la fecha”, enfatizó el Dr. Gepner.

 

Mientras que estudios anteriores demostraron que el ejercicio físico reduce el riesgo de cáncer hasta en un 35%, Levy y Gepner profundizaron, revelando que el ejercicio aeróbico de alta intensidad puede maximizar la prevención del cáncer.

 

 

“Todos sabemos que el deporte y el ejercicio físico son buenos para nuestra salud”, afirmó la profesora Levy. “Nuestro estudio, al examinar los órganos internos, descubrió que el ejercicio transforma todo el cuerpo, evitando que el cáncer se propague y reduciendo también el tamaño del tumor primario”.

 

 

“Nuestros resultados sugieren que las personas sanas también deberían incluir componentes de alta intensidad en sus programas de fitness“, concluyó el Dr. Gepner. “Creemos que estudios futuros permitirán la medicina personalizada para prevenir cánceres específicos, con médicos revisando los antecedentes familiares para recomendar el tipo correcto de actividad física”.

Redacción Fit

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