Nutrición
Alimentos que promueven la relajación: una guía para encontrar la calma
Soraya Munar | 15 agosto 2024 | Tiempo de lectura: 12 minutos
En un mundo que se mueve a un ritmo vertiginoso, encontrar momentos de tranquilidad puede ser un desafío.
La relajación no siempre requiere un retiro a un spa o una clase de yoga. A veces, los alimentos que elegimos pueden tener un impacto significativo en nuestra capacidad para relajarnos. En este blog, exploraremos cómo ciertos alimentos pueden promover la relajación, por qué funcionan de esa manera, la mejor hora del día para consumirlos, y la forma en que debes incorporarlos en tu dieta diaria.
1. La magia de los carbohidratos complejos
Los carbohidratos complejos, como los que se encuentran en los cereales integrales, la avena, el arroz integral y las legumbres, juegan un papel crucial en la promoción de la relajación. Estos alimentos ayudan a aumentar los niveles de serotonina, un neurotransmisor conocido por su efecto calmante en el cerebro. La serotonina es responsable de regular el estado de ánimo, el sueño y el apetito, por lo que consumir carbohidratos complejos puede contribuir a una sensación general de bienestar.
¿Por qué promueven la relajación?
Los carbohidratos complejos liberan glucosa de manera gradual, lo que evita los picos de azúcar en sangre que pueden causar irritabilidad y ansiedad. Además, el aumento de la serotonina contribuye a una sensación de calma.
Mejor hora para consumirlos:
Los carbohidratos complejos son ideales para el almuerzo o la cena. Consumirlos en la cena, en particular, puede ayudar a preparar tu cuerpo para una noche de sueño reparador.
Forma de consumo:
Incluye una porción de arroz integral o avena en tu cena. También puedes optar por una ensalada de legumbres o una tostada de pan integral con aguacate.
2. El poder calmante de los alimentos ricos en magnesio
El magnesio es un mineral esencial conocido por sus propiedades relajantes. Se encuentra en alimentos como las almendras, espinacas, semillas de calabaza y chocolate negro. Este mineral ayuda a regular el sistema nervioso y puede reducir los síntomas de ansiedad y estrés.
¿Por qué promueven la relajación?
El magnesio actúa como un relajante natural al bloquear la entrada de calcio en las células nerviosas, lo que reduce la excitabilidad nerviosa y promueve la relajación muscular.
Mejor hora para consumirlos:
El magnesio es más efectivo si se consume por la noche, ya que puede ayudar a relajar los músculos y preparar el cuerpo para dormir.
Forma de consumo:
Una pequeña porción de almendras o una taza de espinacas al vapor como parte de tu cena puede ser una excelente forma de incorporar magnesio en tu dieta. Un cuadrado de chocolate negro después de la cena también puede ser una deliciosa forma de relajarte.
3. La serenidad en una taza: tés de hierbas
Los tés de hierbas, como la manzanilla, el té de valeriana, y la lavanda, han sido utilizados durante siglos por sus propiedades calmantes. Estas infusiones son conocidas por sus efectos sedantes suaves y son una excelente manera de relajarse al final del día.
¿Por qué promueven la relajación?
La manzanilla contiene apigenina, un antioxidante que se une a ciertos receptores en tu cerebro y puede promover el sueño y reducir el insomnio. La valeriana, por su parte, se ha demostrado que mejora la calidad del sueño y reduce la ansiedad.
Mejor hora para consumirlos:
El mejor momento para disfrutar de una taza de té de hierbas es antes de acostarte, ya que ayudan a calmar la mente y el cuerpo, preparando el terreno para un sueño profundo.
Forma de consumo:
Prepara una taza de té de manzanilla o valeriana unos 30 minutos antes de irte a la cama. Puedes añadir un poco de miel para un toque de dulzura adicional y disfrutar del ritual de beberlo lentamente.
4. Alimentos Ricos en Omega-3: el secreto para una mente tranquila
Los ácidos grasos omega-3, presentes en pescados grasos como el salmón, las nueces y las semillas de chía, son conocidos por sus beneficios para la salud mental. Estos ácidos grasos son esenciales para la función cerebral y pueden ayudar a reducir los síntomas de ansiedad y depresión.
¿Por qué promueven la relajación?
Los omega-3 ayudan a reducir la inflamación en el cerebro y a regular los neurotransmisores, mejorando el estado de ánimo y promoviendo una sensación de calma.
Mejor hora para consumirlos:
El almuerzo es un buen momento para incluir alimentos ricos en omega-3, ya que te ayudarán a mantener un estado de ánimo equilibrado durante el resto del día.
Forma de consumo:
Una porción de salmón a la parrilla o una ensalada con nueces y semillas de chía puede ser una manera deliciosa de obtener tu dosis diaria de omega-3.
5. El yogur y los alimentos fermentados: relajación desde el intestino
El intestino y el cerebro están conectados a través del eje intestino-cerebro, y la salud digestiva juega un papel crucial en la regulación del estado de ánimo. Los alimentos fermentados como el yogur, el kéfir, el chucrut y el kimchi son ricos en probióticos, que promueven una flora intestinal saludable.
¿Por qué promueven la relajación?
Un intestino sano puede producir más serotonina, lo que contribuye a una sensación de bienestar. Además, los probióticos pueden ayudar a reducir la inflamación en el intestino, lo que a su vez puede reducir la ansiedad y mejorar el estado de ánimo.
Mejor hora para consumirlos:
El yogur o los alimentos fermentados pueden ser consumidos durante el desayuno o como un snack a media tarde. Esto ayuda a mantener el intestino saludable y tu mente equilibrada a lo largo del día.
Forma de consumo:
Incorpora una taza de yogur natural con frutas o una pequeña porción de kimchi como acompañamiento de tu almuerzo. Puedes también optar por un batido con kéfir para obtener los beneficios de los probióticos.
La relajación no es solo una cuestión de lo que haces con tu cuerpo y tu mente; también está profundamente influenciada por lo que comes. Al incorporar estos alimentos en tu dieta diaria, puedes no sólo nutrir tu cuerpo sino también calmar tu mente y encontrar la serenidad en el caos diario. Recuerda que la clave está en la constancia y en disfrutar cada momento de tu alimentación como un acto de autocuidado.