Cada persona nace con una compleja red protectora que garantiza su bienestar, sin embargo, factores externos y hábitos poco saludables pueden debilitarla y hacer que se presenten enfermedades. Sigue leyendo y descubre cómo cuidar tu sistema inmune.

La misión principal del sistema inmune es proteger al organismo de agentes infecciosos, deteniendo su avance, evitando que causen daños o se desarrolle alguna enfermedad. Son múltiples las partes del cuerpo y sistemas que influyen en su funcionamiento por eso el cuidado también es integral.

Las enfermedades autoinmunes y el envejecimiento son factores internos que afectan a este sistema. Pese a esto, los agentes externos como la contaminación ambiental, los químicos, el tabaco, las toxinas presentes en los alimentos, los virus y las bacterias lo atacan en mayor proporción.

Aquí te contamos las actividades que fortalecen tu sistema inmune y que te permitirán mantenerte alejado de enfermedades, de tal manera que cuando un agente infeccioso entre en contacto con tu cuerpo, las defensas se activen para luchar contra éste, lo eliminen y se genere la adaptación de respuesta en tu organismo por si decide volver.

1- Alimentación balanceada: Las proteínas son grandes aliadas a la hora de mantener las defensas en alto y se encuentran en alimentos como el huevo, los granos, el yogur y el queso. Las frutas y verduras también son indispensables, pues contienen vitaminas A, C y E; por eso, consumir arándanos, kiwi, cítricos, melón y vegetales de hojas verdes, por mencionar algunos, es de gran ayuda para una dieta integral. Por último, los alimentos ricos en grasas monoinsaturadas como el pescado, los frutos secos, el aceite de oliva y las semillas de girasol, también ayudan a mantener el equilibrio del cuerpo.

2- Ejercicio continuo: La inactividad física no solo produce enfermedades coronarias o problemas severos de obesidad, también puede afectar el sistema inmunológico. ¿Por qué? Si bien es necesario es importante tener en cuenta que el ejercicio físico debe realizarse con moderación e, idealmente, con la guía de un profesional. Si hemos llevado un estilo de vida sedentario, debemos iniciar la actividad con prudencia y no sobre exigirle al cuerpo, pues esto podría causar niveles de estrés aún mayores, lesiones y resultados contrarios a los esperados.

3- Buenas rutinas de sueño. La falta de sueño es un factor de riesgo para enfermedades como la obesidad, la depresión y la diabetes, además, es uno de los factores que podría contribuir a tener un sistema inmunológico débil. Si bien esta relación tampoco está comprobada científicamente, los problemas de insomnio afectan la atención y producen estrés físico: dos estados emocionales que pueden disminuir la capacidad del cuerpo para defenderse correctamente.

Ejercicio, buena alimentación y dormir bien. Es fácil, solo es cuestión de introducir pequeños cambios en tu vida diaria. Por ejemplo 30 o 40 minutos diarios de ejercicios con un entrenador de MY COACH BODYTECH. Si el problema es que no sabes qué comer puedes tener la asesoría de un COACH DE NUTRICIÓN PERSONALIZADO.

Ahora que sabes qué potencia tu sistema inmune es importante qué reconozcas cuáles son las características de un sistema inmune débil pues el cuerpo mismo nos da señales de que algo anda mal. Ten en cuenta:

• Herpes en los labios o aparición de pequeñas heridas conocidas como fuegos
• Cansancio continuo
• Cicatrización lenta
• Dolores musculares
• Fragilidad capilar.