Cada 1 de diciembre, el Día Mundial de la Lucha contra el Sida nos invita no solo a generar conciencia, sino también a derribar mitos. Uno de los más comunes es pensar que las personas que viven con VIH deben evitar el ejercicio. Hoy, la evidencia científica y la experiencia clínica demuestran todo lo contrario: el ejercicio, bien prescrito y acompañado, es una herramienta poderosa para fortalecer el sistema inmune, mejorar la calidad de vida y promover el bienestar integral.

Ejercicio y VIH: lo que dice la ciencia

Diversos estudios han demostrado que la actividad física regular y supervisada aporta beneficios significativos en personas que viven con VIH. Investigaciones publicadas en revistas como Sports Medicine y The Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes señalan que el entrenamiento aeróbico y de fuerza:

• Mejora la función cardiovascular
• Aumenta la masa muscular y la fuerza
• Ayuda a regular la composición corporal
• Reduce la inflamación crónica
• Contribuye al equilibrio del sistema inmune

Además, el ejercicio se ha asociado con mejoras en los niveles de linfocitos CD4, un marcador clave del estado inmunológico en personas con VIH, especialmente cuando se combina con tratamiento antirretroviral y seguimiento médico.

Entrenar de forma segura: la clave está en el acompañamiento

No se trata de entrenar más, sino de entrenar mejor. Cada persona que vive con VIH tiene una historia clínica, un estado inmunológico y una condición física particular. Por eso, el ejercicio debe ser individualizado, progresivo y supervisado.

En BODYTECH, el entrenamiento seguro comienza con una valoración integral que incluye:

• Evaluación médica clínica
• Análisis de antecedentes clínicos
• Definición de objetivos realistas y sostenibles
• Prescripción del ejercicio acorde a cada etapa

“El ejercicio no solo es seguro para las personas que viven con VIH, sino que es altamente recomendado cuando está bien prescrito. En BODYTECH entendemos el ejercicio como medicina, y por eso acompañamos cada proceso desde la ciencia, el respeto y la individualidad”, afirma el Dr. Alejandro Sarmiento, médico del deporte de BODYTECH.

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Beneficios físicos que van más allá del cuerpo

El impacto positivo del ejercicio no se limita a lo físico. La evidencia científica también respalda sus beneficios emocionales y psicológicos. La práctica regular de actividad física ayuda a:

• Reducir síntomas de ansiedad y depresión
• Mejorar la autoestima y la percepción corporal
• Disminuir el estrés y la fatiga
• Fortalecer la adherencia a hábitos saludables

Para muchas personas que viven con VIH, el ejercicio se convierte en un espacio de reconexión con su cuerpo, de empoderamiento y de recuperación de la confianza.

El sistema inmune también se fortalece con hábitos integrales

El ejercicio es una pieza clave, pero no actúa solo. La ciencia es clara en señalar que la salud inmunológica se construye desde un enfoque integral, que incluye:

• Entrenamiento regular y adaptado
• Alimentación balanceada y suficiente
• Descanso adecuado
• Manejo del estrés
• Adherencia al tratamiento médico

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Por eso, en BODYTECH el acompañamiento va más allá del entrenamiento. Médicos del deporte, entrenadores y profesionales de la salud trabajan de manera articulada para ofrecer un enfoque completo, seguro y humano.

Inclusión, respeto y salud para todos

Entrenar con VIH no solo es posible, es saludable y recomendable. Hablar de esto abiertamente es una forma de combatir el estigma y promover una visión más justa e informada de la salud.

En BODYTECH reafirmamos nuestro compromiso con el bienestar, la inclusión y el acceso al ejercicio como una herramienta de prevención, tratamiento y calidad de vida. Porque la salud desde el ejercicio es un derecho de todos