No es poco común que, a la hora de mirarnos al espejo, encontremos mil y un defectos sobre nuestro aspecto físico. El gordito, las manchitas, los puntos negros, el pelo alborotado, en fin. Esta es una invitación —y un reto— a que hagas las paces con tu cuerpo.

Decía el escritor Mark Twain que: “La peor soledad es no sentirse cómodo contigo mismo”. Tenía razón. La base de todas las relaciones (de pareja, entre padres, amigos, hermanos, hasta compañeros de trabajo) está fundamentada en qué tanto amor se siente por sí mismo. Y ese amor propio comienza justamente por la aceptación.

Esta es una invitación a que pongas en práctica estos cinco consejos para aprender a amarte y a honrar tu cuerpo. Toma nota.

Sé agradecido 🙏

¿Cuántas veces le has dicho literalmente ‘gracias’ a tu cuerpo en voz alta? Tu cuerpo es una maravilla, es el vehículo que te permite cumplir tus sueños, bailar, correr, comer, tener sexo, amar a otras personas, estudiar, viajar.

Un cuerpo saludable es un regalo del universo, hónralo y aprécialo. Esto significa alimentarlo balanceadamente, moverlo, tratarlo bien, no exponerlo a situaciones estresantes, y decirle en voz alta lo mucho que agradeces todas sus capacidades.

Mindfulness y self talk 💭

La meditación es efectiva cuando se trata de fortalecer el autoestima y derribar los miedos. Ayuda a apreciar y aprovechar el momento presente, el aquí y el ahora, a soltar la preocupación por el pasado y el futuro.

Haz una lista de los privilegios que tienes en tu vida y repite constantemente frases enaltecedoras que te permitan atraer tranquilidad y felicidad, como: “tengo salud, soy fuerte, tengo abundancia”, esto te permitirá cultivar seguridad, firmeza y autoconfianza.

Muévete como premio y nunca como castigo 🏃‍♀️

Aprende a disfrutar del ejercicio porque te da energía y te sube el ánimo, pero nunca implementes rutinas solo para castigarte por lo mucho que comiste o para alcanzar un objetivo superficial.

Si no lo estás disfrutando, no lo realices. Escucha a tu cuerpo. Muévete solo cuando te dé felicidad y se sienta completamente cómodo hacerlo.

Date descansos 😌

Ser productivo en todo momento, alimentarte bien, hacer ejercicio y ser sociable, son hábitos que pueden ejercer, de manera inconsciente, cierta presión, estrés y frustración si no se alcanzan.

Necesitas tomarte descansos con frecuencia, de todo y de todos. Dedícate a leer tu libro preferido, a ver una serie que disfrutes o simplemente, duerme toda una tarde (de vez en cuando) para recargar energía física y emocional.

Pide ayuda 🙋

Independientemente del problema que tengas, sea personal, académico, laboral, físico, es bueno que no pierdas de vista un hecho importante: no tienes que lidiar con ‘eso’ sola/o.

No tiene nada de malo acudir a un profesional de la salud que te ayude a establecer límites y a encontrar salidas. Recuerda, todos los problemas tienen solución.