En primer lugar, tenemos que tener en cuenta que los suplementos, por sí solos, no logran mejoría en composición grasa o muscular si no vienen acompañados de estrategias nutricionales y de entrenamiento efectivas.

La suplementación puede ayudar a preparar a un individuo para la actividad física, mejorar la eficiencia del ejercicio o mejorar la recuperación del ejercicio. Sin embargo, el uso de suplementos puede potenciar los efectos nutricionales que buscamos, en algunos procesos de mejora de composición corporal. Por ejemplo, el consumo de proteínas puede mejorar la síntesis de proteínas musculares, por su alto contenido en aminoácidos esenciales y así mantener un balance nitrogenado positivo.

Las proteínas no solo son útiles para aumentar la masa muscular, sino para la constitución del tejido magro, donde están los componentes funcionales del organismo implicados en los procesos metabólicos y hasta el sistema inmunológico. De igual forma, la creatina es una molécula que el cuerpo puede producir naturalmente principalmente en los riñones. Pese a que podemos sintetizarla en nuestro cuerpo, para incrementar la fuerza y rendimiento muscular, es necesario suplementarla de manera exógena. Algunos estudios sugieren que la suplementación con creatina reduce la atrofia muscular y los efectos perjudiciales sobre los músculos asociados a lesiones musculares.

Además de su impacto en la concentración y tolerancia al ejercicio, la cafeína puede afectar la utilización de sustratos energéticos durante el ejercicio ya que actúa disminuyendo la dependencia de la utilización de glucógeno y aumenta la movilización de ácidos grasos libres. Esto contribuye a mayor flexibilidad metabólica y por ende, favorece a la pérdida de peso graso

De esta forma, podemos ver como la suplementación es una estrategia con múltiples beneficios que incluyen mejoría del estado de salud y no solo a un objetivo puntual a la hora de entrenar.

* Dr. Theodoro Pérez-Gerdel – Médico especialsta en Nutrición y Deporte

@drtheofit