1. Estimula la función inmunológica: Una de las preocupaciones principales para las personas con SIDA es la función inmunológica comprometida. Participar en ejercicio regular ha demostrado mejorar el sistema inmunológico, proporcionando una defensa sólida contra infecciones. Alejandro Sarmiento enfatiza: “El ejercicio estimula la producción de células inmunológicas, contribuyendo a un mecanismo de defensa más fuerte contra infecciones que pueden ser especialmente desafiantes para aquellos con sistemas inmunológicos comprometidos”.
2. Manejo de infecciones oportunistas: Los pacientes con SIDA son más susceptibles a infecciones oportunistas, que pueden representar graves amenazas para la salud. Incorporar ejercicio en su rutina puede ayudar a manejar estas infecciones de manera más efectiva. Sarmiento señala que: “Se ha demostrado que el ejercicio reduce el riesgo y la gravedad de las infecciones oportunistas, mejorando la resistencia general y ayudando en la capacidad del cuerpo para combatir patógenos”.
3. Beneficios para la salud mental y cognitiva: Vivir con SIDA puede afectar la salud mental. El ejercicio regular tiene beneficios probados para el bienestar mental, incluida la reducción del estrés, la ansiedad y la depresión. Al respecto Sarmiento comenta: “La actividad física desencadena la liberación de endorfinas, los elevadores naturales del estado de ánimo del cuerpo, promoviendo una mentalidad positiva y ayudando a las personas a enfrentar los desafíos mentales asociados con el SIDA”.
4. Preservación de la Masa Muscular: El VIH/SIDA a menudo conduce a la pérdida de masa muscular, una condición conocida como caquexia. El ejercicio, especialmente el entrenamiento de resistencia, puede ayudar a preservar e incluso a construir masa muscular. Alejandro Sarmiento enfatiza: “Mantener la masa muscular es crucial para los pacientes con SIDA, ya que no solo contribuye a la fuerza general, sino que también ayuda a preservar la independencia funcional”.
5. Mejora de la salud cardiovascular: Las complicaciones cardiovasculares son una preocupación significativa para quienes viven con SIDA. El ejercicio juega un papel fundamental en el mantenimiento de la salud cardiovascular al mejorar la circulación y reducir el riesgo de problemas cardíacos. Según Sarmiento: “El ejercicio aeróbico, como caminar rápido o andar en bicicleta, puede contribuir a una mejor salud cardíaca, un aspecto esencial del bienestar general para las personas con SIDA”.

En el Día Mundial de la Lucha Contra el VIH, nos unimos para buscar una mejor calidad de vida para los pacientes con este padecimiento, recordándoles que HOY SON MÁS FUERTES QUE AYER.